Qué sola se ve la cama en su toda su extención de millares de caricias, besos y abrazos.
Qué sola me siento yo cuando estoy a punto de dormirme y trato de mantener todas mis extremidades dentro de Ella para que seres inmudos y ultrajantes no estiren sus manos-garras heladas y hedionadas para jalarme a su mundo de gritos, miedos, torturas, salivas malolientes y pegajosas, alientos fetidos, dientes negros. Espacios enrarecidos por el humo de los cuerpos ardiendo en llamas apagadas..
Qué sola se ve mi cama y que sola me siento en ella, cuando tu decides no venir.