22 February 2005

ese ser

tumbado o de pie, no lo sé. Estás casi disuelto por las blancas arenas de mi mar. casi visible, casi invisble, casi perpetuo, siempre incompleto. revestidos tus adentros de piel de cocodrilo, frio y calculador con las entrañas de la tierra colgando de tu ojos, aunque no los veo los imagino; acariciando mi faz, mi eternidad tus ventanas que por paisaje solo tienen las mias. Qué universo de materia se encuentra dentro de ellas? que sin estirar los brazos puedo palpar la amarga textura del humo del cigarro, la desproporcionada sabiduria del café y las vestiduras de piel de cocodrilo de tu garganta, tu pecho, tu cintura. Pero no puedo verte, la bruma que no solo vive en mis ojos sino también en mi universo imaginado deja mis cuencas vacías, inútiles, desbordadas.
y tu, tumbado o de pie pareces no percibirme

10 February 2005

mi luz

ayer pasó el tiempo por mi boca, se escurrió por mi garganta y revoloteó en mi estómago, punsante, lacerante. ayer te hablé pero, una a una, las palabras regresaban a mis labios, ¿la velocidad de mis ideas?,
¿la lentitud de tu entendimiento? La vaguedad de tus ojos cerró mi corazón, la fuerza de tus brazos golpeo mis angulos. Me sumergiste en la oscuridad blanca.

Y pasó lo que siempre pasa, me entregué de nuevo, sin mesura ni sensura, y luego, tendida como siempre, ultrajada y mareada respiré tus aromas y vomité un grito de dolor. Partiste de nuevo sin miramientos a tu mundo de magos y conejos, partiste de nuevo mi alma en dos, y traicionero par se fué contigo. Sola de nuevo, revuelta en mi propio ser, lloré por ti.